En 2018, el japonés Akihiko Kondo hizo noticia en su país -e incluso fuera de él- cuando se casó con un personaje virtual, la popular cantante Miku Hatsune, en una ceremonia que le costó alrededor de 2 millones de yenes (17 mil dólares).
Objeto de asombro, curiosidad y burlas, Kondo se unió en matrimonio con un holograma tridimensional de Miku Hatsune cobijado por un cilindro.
El persona virtual era capaz de sostener conversaciones sencillas con su esposo gracias a la inteligencia artificial.
Todo eso que parecía una película era un servicio desarrollado por una startup en Tokio.
La magia terminó en marzo de 2020, cuando la compañía de Tokio canceló el servicio. Ahora Kondo no puede conversar con Miku.
Sin embargo, su sentimientos hacia ella no se han debilitado. “Mi amor por Miku no ha cambiado”, asegura en recientes declaraciones a Mainichi Shimbun, casi 4 años después de casarse con la cantante.
El japonés de 38 años enfatiza que si se casó con Miku es porque quiere estar con ella para siempre.
El holograma ya no existe, pero sí una muñeca de tamaño natural a la que da los buenos días, se despide cuando va a trabajar (es un funcionario local en Tokio) y con la que cena.
Kondo no ha tenido una vida fácil. Durante su etapa como oficinista en escuelas de primaria y secundaria fue víctima de bullying. En uno de sus centros laborales, dos colegas, ambas mujeres, se referían a él como “asqueroso”.
La hostilidad sumió al japonés en una depresión y tuvo que ausentarse del trabajo.
Se recuperó gracias a Miku Hatsune. Un día la descubrió y quedó cautivado. “Veía videos de Miku todo el tiempo”, dice. Las canciones de la artista levantaron su ánimo. Pudo dormir bien nuevamente, comenzó a salir de su casa y regresó al trabajo.
Más adelante se casó con ella.
Más allá de las mofas, el matrimonio con Miku le abrió varias puertas. Kondo ha ofrecido charlas en diversos lugares, entre ellos una universidad, para relatar su experiencia de pareja con un personaje bidimensional.
Además, el japonés se ha convertido en un referente para muchas personas que quieren casarse, pero no pueden, y que le escriben para contarle cómo él las ha inspirado.
Cuando le preguntan si la gente como él no puede vivir en sociedad debido a que está sumergida en el mundo virtual, Kondo replica: las personas como él buscan un lugar para sí mismas en los videojuegos y el anime porque la realidad es “demasiado dolorosa” para ellas. (International Press)