Las fuerzas militares estadounidenses acantonadas en Okinawa son un foco de coronavirus. El sábado, por ejemplo, se confirmó un récord de 235 casos de COVID-19 en un solo día.
El número acumulado de casos de COVID-19 relacionados al ejército norteamericano en Japón ha llegado a 3.613, mientras que las medidas de control fronterizo a raíz de la infección grupal descubierta en el campamento Hensen en Okinawa han sido puestas bajo escrutinio público.
A mediados de diciembre se supo que más de 250 personas estaban infectadas en Hansen, por lo que las autoridades okinawenses pidieron a las fuerzas estadounidenses adoptar medidas más rigurosas para evitar los contagios.
El viernes 31 de diciembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que todos los soldados estadounidenses en Japón requieren pruebas de COVID dentro de las 24 horas posteriores a su llegada al país.
Sin embargo, según un acuerdo entre ambos países, las medidas de cuarentena para el personal militar estadounidense no las aplica Japón, lo que significa que no están sujetos a las reglas de cuarentena en los aeropuertos.
El Departamento de Defensa de EEUU había eximido a su personal de someterse a las pruebas de PCR debido al progreso de las vacunas en el ejército y por la disminución de infecciones a nivel mundial.
La exención comenzó en septiembre para el personal vacunado que llegaba a las bases en Japón en aviones militares, pero desde los casos aparecidos en diciembre en Camp Hansen se les exige una prueba 72 horas antes de la salida. (AG/RI/)