Una mentira arruinó la carrera de un policía en la prefectura de Yamanashi. Mejor hubiera pagado la multa.
El 27 de septiembre, el hombre estaba conduciendo un coche policial a 85 kilómetros por hora en una carretera, superando con holgura el límite de 60.
Un policía local lo obligó a detenerse por exceso de velocidad. El conductor, en vez de admitir su falta, le ordenó a un subordinado, que iba como copiloto, que dijera que estaban persiguiendo a una persona por una infracción de tráfico (lo cual no era cierto).
Para darle más verosimilitud a su versión, le dijo a su subordinado que encendiera las luces rojas de la patrulla, detalla Mainichi Shimbun.
La mentira fue descubierta cuando la comisaría local reportó el caso a la policía de Yamanashi.
La policía decidió suspenderlo durante un mes. El hombre renunció cuando le comunicaron la medida disciplinaria.
Lo paradójico del caso es que el hombre se desempeñaba como superintendente del departamento de tráfico; es decir, su trabajo consistía precisamente en combatir las infracciones viales.
El expolicía admitió haber sido un mal ejemplo y ofreció disculpas. Explicó que conducía el coche para mostrar «proactividad» a su subalterno.
La policía de Yamanashi elevó su caso a la fiscalía. (International Press)
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