Esta semana el gobierno de Estados Unidos anunció un boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, que se realizarán en febrero de 2022, en protesta contra China por la violación de los derechos humanos de la minoría uigur.
Esto significa que no habrá representantes gubernamentales de EEUU en los Juegos. Sin embargo, sí participarán deportistas estadounidenses.
En Japón, un grupo de legisladores del gobernante Partido Liberal Demócrata busca que el primer ministro Fumio Kishida tome una medida similar, revela Asahi Shimbun.
El líder del grupo, Shigeharu Aoyama, miembro de la Cámara Alta, declaró a los medios que “enviar una delegación de funcionarios japoneses a los Juegos Olímpicos de Pekín mandaría una señal equivocada a la comunidad internacional porque equivaldría a consentir la opresión de los derechos humanos por parte de China”.
El gobierno de Japón aún no ha decidido si seguirá los pasos de Estados Unidos.
En una aparición pública, Kishida dijo que Japón tomará una decisión desde el punto de vista de los intereses nacionales del país.
La decisión de Japón es difícil, como apunta Kyodo, en medio de la rivalidad entre EEUU, su principal aliado en materia de seguridad, y China, su mayor socio comercial, país con el que en 2022 conmemorará la normalización de sus relaciones diplomáticas.
El gobierno chino ha urgido a su par japonés a respaldar los Juegos de Pekín recordándole que China apoyó plenamente a Japón en la organización de los Juegos Olímpicos de Tokio, pese a su aplazamiento de un año por la pandemia de coronavirus. (International Press)
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