El primer ministro Fumio Kishida, presentó anoche un plan de urgencia para aumentar las camas de hospital y recursos médicos en previsión de una posible “sexta ola” de coronavirus en Japón. Entre las medidas se considera la compra de 1,6 millones unidades de la píldora antiviral Molnupiravir de la farmacéutica estadounidense Merk & Co.
Ese volumen es aproximadamente la mitad del suministro asegurado por Estados Unidos donde las infecciones suman 46,8 millones de personas y las muertes bordean las 760.000. A la fecha, Japón ha acumulado 1,7 millones de contagios y 18.335 fallecidos.
Esta mañana, el gobierno instaló una sede de control y respuesta al COVID en la Oficina del Primer Ministro donde se decidieron las primeras políticas generales en previsión de una “sexta ola”.
Hasta fines de noviembre se asegurarán unas 37.000 camas COVID en los hospitales del país y se prepararán 61.000 alojamientos para pacientes con infección leve, que en ambos casos es casi un 30% más de lo que se tuvo cuando ocurrió la «quinta ola» en el verano pasado.
Entre tanto, está previsto el inicio de la tercera vacunación para mayores de 18 años en diciembre y quiere ponerse en uso práctico el nuevo fármaco Molnupiravir antes de fin de año, así como se valora aprobar la inoculación de niños entre los 5 y 11 años con la vacuna Pfizer.
«LO QUE IMPORTA ES ANTICIPAR LO PEOR»
“Lo primero que importa es anticipar lo peor y prepararnos para la próxima propagación de la infección”, dijo esta mañana Kishida al encabezar la instalación de la sede de control y respuesta COVID.
Japón ha establecido cuatro pilares que serán la base de su política general contra el coronavirus: 1) Fortalecimiento del sistema de prestación médica, 2) promoción de la vacunación, 3) obtención de medicamentos terapéuticos y 4) recuperación de la vida diaria.
Se teme que una nueva ola de contagios duplique las infecciones de la “quinta ola”. Frente ello se fortalecerán otras acciones como la atención médica en línea de los casos leves o moderados y la atención de enfermería a domicilio en colaboración con 32.000 centros médicos de todo el país.
Las autoridades también están asegurando un total de 690.000 pulsioxímetros que serán distribuidos a través de los cuidadores a domicilio y que sirven para medir la concentración de oxígeno en la sangre.
«SEXTA OLA, ES CUESTIÓN DE CUÁNDO OCURRIRÁ»
Para evitar la escasez de camas y de personal observada en la “quinta ola”, el Ministerio de Salud ha adoptado un sistema que utiliza datos de infecciones pasadas y actuales para calcular cuándo y dónde podrían verse afectados los recursos médicos.
“Una sexta ola es cuestión de cuándo y no de si ocurrirá”, advirtió Yuki Furuse, profesor de la Universidad de Kyoto que desarrolló este sistema de cálculo.
Por otro lado, el gobierno dijo que distribuirá pruebas gratuitas de COVID y antígenos entre personas sin síntomas para descubrir contagios lo más rápido posible y antes de que su expansión dé inicio a una “sexta ola”.
Hasta ahora, las pruebas de PCR han sido gratuitas solo para que aquellas personas que tenían síntomas o para quienes habían estado en contacto cercanos con pacientes COVID. Además, se requería la aprobación del médico y del centro de salud pública. Aún se desconoce cuándo empezarán estas pruebas. (RI/PJ/NI/)
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