El 20 de agosto, el esposo de una mujer que reside en la ciudad de Tsu, prefectura de Mie, embarazada de cuatro meses dio positivo por coronavirus.
La mujer, al ser contacto cercano, fue a hacerse una prueba, pero un médico se rehusó alegando que no tenía síntomas.
Más adelante, la joven veintañera fue a un centro médico debido a un sangrado, pero no la atendieron por una serie de razones, entre ellas que había sido contacto cercano de una persona infectada.
Al día siguiente, acudió a otra institución médica por dolores de estómago. En dicho centro le hicieron una prueba y la mandaron a casa a esperar los resultados.
En el camino a casa, sin embargo, rompió aguas. De vuelta al hospital en una ambulancia, tuvo un aborto espontáneo.
La mujer dio negativo por coronavirus.
El gobierno de Mie explicó que desde mediados de agosto varios centros de salud pública, sobrepasados por el avance del coronavirus, priorizan la realización de pruebas a contactos cercanos con síntomas.
Tras el lamentable incidente, las autoridades locales notificarán a los centros de salud para que realicen las pruebas a todas las mujeres embarazadas y las personas con afecciones preexistentes que han sido contactos cercanos. (International Press)
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