En 2019, residían en Japón 213 niños menores de 5 años sin ninguna nacionalidad, 3,5 veces más que tres años atrás. En junio de 2020, la cifra había aumentado a 217, según datos del Ministerio de Justicia de Japón.
Muchos de ellos son apátridas porque sus padres, trabajadores o estudiantes extranjeros, no completaron los procedimientos necesarios para que sus hijos obtuvieran una nacionalidad, revela Asahi Shimbun.
Los extranjeros deben registrar el nacimiento de sus hijos en su embajada o consulado en Japón.
Algunos, sin embargo, permanecen en Japón de manera ilegal y no registran a sus hijos por temor a ser descubiertos.
También hay casos en los cuales no se sabe quién es el padre o el padre japonés no reconoce la paternidad.
El crecimiento de niños apátridas se produce en medio de un fuerte aumento del número de residentes extranjeros en Japón. La población de aprendices técnicos (410.000 en 2019), subió 2,5 veces con respecto a cinco años antes, mientras que el de estudiantes (340.000 en 2019) se multiplicó por 1,6.
La carencia de nacionalidad también afecta a los adultos. Una mujer de 31 años que nació y se crio en Japón, y que reside en la región de Tokai, le cuenta a Asahi que supo que era apátrida cuando tenía 20 años.
Ella siempre creyó que era japonesa. Su padre era japonés y su madre filipina.
Sus papás nunca se casaron, en parte por el miedo de su madre a ser deportada, pues ingresó ilegalmente a Japón. Además, la pareja no registró el nacimiento de su hija en el municipio.
La mujer pudo asistir a la escuela gracias a las gestiones de su padre. Sin embargo, nunca regularizó sus papeles.
Cuando la mujer tenía 14 años, su mamá murió.
La mujer intentó hacerse ciudadana filipina, pero el consulado le pidió documentos que demostraran que su madre era filipina. No pudo hacerlo. La mujer no conocía a ningún pariente de su mamá en Filipinas.
Su padre japonés murió hace seis años.
Su drama no concluye ahí. La mujer conoció a un hombre japonés, comenzó a salir con él y quedó embarazada. Sin documentos, no pudo casarse. Además, la familia de su pareja se opuso al matrimonio. Así las cosas, rompió la relación.
La mujer dio a luz a una bebé. La niña tampoco tiene ciudadanía. Ahora busca obtener la ciudadanía japonesa con apoyo de una organización privada y abogados.
El número total de personas apátridas en Japón llegó a 696 en 2019. (International Press)
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