El viernes pasado, en la prefectura de Nara, una mujer llamó a la policía para informar de que su esposo y la hija de ambos, de 10 años, habían desaparecido.
La policía halló al día siguiente a su esposo, un chef de 36 años llamado Kazuhiko Tokuya, empapado y sentado en su automóvil en un estacionamiento cerca de una estación de tren.
Tokuya, revela Japan Today, le dijo a la policía que había abandonado el cuerpo de su hija en un reservorio.
La niña fue encontrada en el lugar indicado y transportada a un hospital, donde se certificó su muerte.
Tokuya admitió haber empujado a su hija al reservorio. Su intención, señaló, era suicidarse después de matar a la niña, pero no pudo.
Su hija asistía a una escuela para niños discapacitados, de donde la recogió el viernes para llevar a cabo su plan.
El hombre trabajaba como chef para su padre, con quien discutía mucho, motivo por el cual -dijo- quería morir. Tokuya declaró que no quería que su esposa cargara sola con la responsabilidad de criar a la niña, y que por ello decidió matarla y después suicidarse, plan cuya última parte no cumplió. (International Press)
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