Desinfección, medición de la temperatura y distanciamiento social, han sido las prioridades de seguridad en los refugios de Miyagi y Fukushima donde se instalaron, en algunos casos, carpas tras el potente terremoto de la noche del sábado.
Un total de 92 personas llegaron al centro de evacuación montado en el Gimnasio de Soma, ciudad de la prefectura de Fukushima. Aquí se ofreció desinfectante en la entrada y se midió minuciosamente la temperatura. Los evacuados fueron distribuidos en novedosas carpas que garantizaron la distancia social y la privacidad mientras se abrieron regularmente las ventanas para hacer circular el aire.
También se habilitó una sala separada en previsión de personas con fiebre.
LA CAPACITACIÓN FUNCIONÓ
En octubre del año pasado, funcionarios de la ciudad de Yamamoto, en la prefectura de Miyagi, recibieron un curso de capacitación de gestión de centros de evacuación, que incluían medidas contra el coronavirus. Valió la pena. Dos horas después del sismo habilitaron 10 locales de evacuación con todas las medidas de prevención y seguridad sanitaria establecidas previamente.
En el refugio abierto en el Centro Cultural de Kangetsudai, Kunimi, ciudad de la prefectura de Fukushima, además de la desinfección y la temperatura, se confirmó la condición física de los evacuados y su historial de contacto con pacientes de coronavirus. También se distribuyeron protectores faciales, mascarillas y batas que estaban almacenadas para esta contingencia.
El Nikkei informó que en agosto del año pasado la municipalidad de Kunimi un pueblo de 8.945 habitantes, elaboró el “Manual de Higiene en el Refugio” para prevenir enfermedades infecciosas. El documento fue oportuno. Los funcionarios dijeron que se ciñeron a su contenido y que actuaron «casi sin dudas» en su implementación. (RI/International Press)
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