En abril de 2019, un hombre de 87 años atropelló a un grupo de personas en una calle en Tokio. Hirió a nueve y mató a dos, una mujer de 31 años y su hija de tres. Aunque el anciano atribuyó el accidente a una falla mecánica de su coche, la investigación de la policía apunta a un error humano: el conductor habría presionado el acelerador en vez del freno.
El trágico hecho tuvo un amplio impacto mediático en Japón y puso en la agenda nacional el tema de los accidentes automovilísticos causados por conductores de avanzada edad.
En varias partes de Japón se han lanzado campañas para incentivar a los ancianos que manejan a que devuelvan sus licencias de conducir.
En la prefectura de Osaka, la policía planea poner en marcha un programa para que las personas mayores que conducen experimenten cómo sería la vida sin usar un coche, informó Jiji Press.
La policía incentivará a los ancianos a usar el transporte público o bicicletas en sustitución de sus automóviles.
Los participantes del programa podrán seguir manejando, y cuando lo hagan deberán registrar los detalles de la conducción, como sus destinos. Cuando no conduzcan, deberán escribir comentarios sobre la experiencia de estar un día sin coche.
Se espera que, entre otras cosas, los ancianos comprueben las ventajas económicas de usar taxis en vez de conducir en función de la frecuencia y recorrido de sus viajes.
El objetivo de la policía es que después de participar en el programa, los ancianos devuelvan voluntariamente sus licencias.
La iniciativa se sometió a prueba en septiembre pasado y tuvo una buena recepción. (International Press)
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