Desde que en 1993 se reanudó la aplicación de la pena de muerte en Japón, solo en 2011 no ha habido ejecuciones. 2020 será el segundo año sin ahorcamientos en el país asiático, según Mainichi Shimbun.
En 2011, bajo el mandato del antiguo Partido Democrático de Japón, los ministros de Justicia se mostraron renuentes a ordenar la pena capital.
Entre 2012 y 2019, nueve ministros de Justicia dispusieron la ejecución de un total de 46 personas.
2018 fue el año en que hubo mayor número de ejecuciones: 15, entre ellas la del líder de la secta AUM Shinrikyo, Shoko Asahara, y 12 miembros de alto rango del culto, autores del atentado con gas sarín en el Metro de Tokio en 1995.
Actualmente, hay 110 condenados a muerte en Japón, entre ellos Iwao Hakamada, un hombre de 84 años que fue excarcelado después de que un tribunal le concediera un nuevo juicio por un caso de asesinato múltiple en 1966 .
Sin embargo, el fallo fue revocado por un tribunal superior. El abogado defensor de Hakamada apeló la decisión ante el Tribunal Supremo de Japón, que devolvió el caso al tribunal superior.
En 2020 murieron cuatro condenados a muerte y se dictó la pena capital a dos personas.
Una de ellas fue Satoshi Uematsu, el hombre de 30 años que en 2016 asesinó a 19 personas en un centro para personas con discapacidad mental en la prefectura de Kanagawa.
La cifra no incluye a Takahiro Shiraishi, conocido como el asesino de Twitter, el hombre de 30 años que en 2017 mató a 9 personas en su apartamento en la prefectura de Kanagawa.
Shiraishi fue sentenciado a muerte el 15 de diciembre y, tras el retiro de su apelación, la pena será confirmada el 5 de enero de 2021. (International Press)
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