Hola, la verdad es que desde antes de la convocatoria del ítalo-peruano Gianluca Lapadula, siempre estuve a favor de su llamado a la Selección Peruana y no lo descarté como hicieron muchos periodistas, jugadores e hinchas por el hecho de que hace 5 años él rechazara la invitación del mismo profesor Ricardo Gareca. Pongámonos por un momento en los zapatos de Lapadula ¿qué hubieran hecho ustedes?, OJO!!, pero antes de contestar piensen algunos puntos:
– Él es hijo de padre italiano y madre peruana, o sea tiene las dos nacionalidades, quiere ambos países, quizás más a uno que al otro por lo que menciono en el siguiente punto. Sé que las comparaciones son odiosas y quizás para muchos no sea lo mismo, pero yo lo veo así. Es como si a un niño cuyos sus padres se separan le pregunten ¿con quién quieres estar? Él puede escoger cualquiera de los dos, pero eso no quiere decir que no ame al otro o que por haber escogido a uno ya no pueda vivir nunca con el otro ¿no creen?
– Es nacido en Italia, educado y formado en ese país, no por decisión propia si no obligado por las circunstancias, situación que hace que tenga mucho más apego o preferencia al lado italiano.
– Fue convocado a una Selección de Italia para un partido amistoso, y OJO, cualquiera no llega a una selección italiana así sea para un amistoso.
– Estar en la lista oficial de la selección italiana para el Mundial de Rusia era una posibilidad real y no solo la ilusión de un chico que juega en un equipo y vuela con su imaginación.
No sé si Lapadula tomó la mejor decisión, pero sí es la que hubiese tomado yo y creo que la mayoría de las personas. También creo que como todo jugador de fútbol el sueño de jugar un mundial es lo máximo a lo que uno puede aspirar y al darse cuenta de que sus posibilidades de ser convocado nuevamente a la Selección de Italia eran casi nulas decide sacar su DNI y convertirse en un jugador elegible para el combinado bicolor.
Esta decisión dividió el ambiente deportivo peruano en dos, los que estaban a favor y en contra. No digo que quienes estaban en contra estén equivocados, porque es su opinión y se respeta, pero lo que sí me parece mal es que cambien de opinión dependiendo de las circunstancias y sin haber valorado antes todas las variables y antecedentes sobre este caso.
CUANDO SE COMENTA SIN ÁNGULO
Lo explicaré con el ejemplo de dos periodistas del programa deportivo “Al Ángulo”. En vísperas del partido contra Chile escuché a Pedro García, uno de quienes estaban abiertamente contra de la convocatoria de Lapadula, exponer sus motivos para no llamarlo: porque no habla español, porque quizás no conocía a los jugadores de la selección, porque los jugadores de la selección le podían hacer bullying, por haberle dicho que no a la selección e incluso llegó a decir: “qué? tan mal estamos que tenemos que depender de Lapadula” y en un arranque melodramático añadir: “yo no me sentiría representado por un jugador como Lapadula”.
A este periodista, lo escuché comentar después: “por todo lo que me han hablado y dicho de Lapadula y viendo sus vídeos y estadísticas, es un jugador que va a aportar y ayudar muchísimo a nuestra selección” y le deseó que le vaya súper bien con la blanquirroja.
Igual ocurrió con Michael Succar, otro periodista que estaba en contra de la nominación de Lapadula. Entrevistando a Jefferson Farfán, pregunto: “qué piensas que hace 5 años, él se negara a jugar por Perú por preferir la Selección Italiana” y Farfán le contestó que era lógico y entendible y si ahora quiere jugar por Perú y va a sumar, en hora buena. Poco faltó para que Succar le dijera a Farfán que estaba totalmente de acuerdo y que siempre pensó lo mismo.
EN LOS 90′ HUBO ALGO PARECIDO
Un caso muy similar al de Lapadula ocurrió a principios de los 90’ con un jugador al cual admire dentro del campo y sigo admirando como persona, por su carisma y don de gente. Este jugador extranjero llegó a jugar a Perú por el Defensor Lima (1991) y empezó a destacar, siendo luego contratado por el Sporting Cristal (1993), uno de los grandes del fútbol peruano, donde la rompió partido tras partido. El periodismo deportivo empezó a especular con su nacionalización.
Cuando le preguntaron en TV sobre el tema, él dijo que no pensaba nacionalizarse porque su “sueño” siempre fue jugar por la selección de su país. Pasado un tiempo y al ver lo remota que era esta posibilidad, y viendo la posibilidad de llegar a un mundial, optó por nacionalizarse peruano en 1996. Fue convocado a la Selección Peruana, donde siempre que jugó (lo hizo 12 partidos) la defendió con mucho orgullo y amor al Perú.
Su aporte al equipo fue tremendo y nadie le reclamó ni le echó en cara que en un primer momento desestimara nacionalizarse peruano por el lógico hecho de que su primera opción era jugar por su país de nacimiento: Brasil. Me estoy refiriendo al Sr. Julio César de Andrade Moira, más conocido como Julinho.
Creo particularmente que se debe medir a todos por igual. O estaba bien porque en ese momento Perú (venía Francia 98) no pasaba por un buen momento futbolístico a nivel de selección y ahora que estamos en un “buen” nivel, está mal. A mí, no me parece.
PIZARRO PUEDE SALIR MAL PARADO
No quiero terminar sin antes referirme a Claudio Pizarro, el jugador peruano, el más exitoso de todos los tiempos por lo hecho en la Bundesliga. En principio, quiero dejar en claro que aún pienso que debió ir al Mundial de Rusia. Sé que muchísimos no comparten esta idea, pero creo que por lo que representaba Pizarro a nivel internacional pudo haber sido útil al combinado nacional.
Todos los entrenadores y jugadores, sobre todo europeos, lo admiran y respetan y creo que de haberlo puesto en un recambio hubiera distraído mucho a los defensores rivales, pero ese es un tema para discutir después.
Así como en su momento defendí a Pizarro ante mis amigos por su no convocatoria a Rusia, ahora creo que se equivocó al criticar a Lapadula y decir que “Perú no es plato de segunda mesa” para recordar que eligió Perú tras no ser llamado por Italia. En mi modesta forma de ver, Pizarro se dejó ver como resentido, picón y aún dolido con quienes no llamaron para jugar el Mundial.
Pienso que él ya no está para ponerse en ese plan y más aún ahora, que no va a faltar quien compare la entrega en el campo de Lapadula con la de Pizarro en la selección y creo que en esa comparación el “Bombardero” no va a salir muy bien parado.
Cierro esta nota sosteniendo que todos ganaron con la convocatoria de Lapadula. Él mismo, porque ahora tiene una opción para pelear con Perú un cupo para el mundial, y la selección, porque ha obtenido a un nuevo guerrero para el equipo y una gran alternativa de gol con quien ya llamamos el “Bambino de los Andes”.
Ahora sólo queda olvidarnos de las diferencias para empujar el coche entre todos hacia el mismo objetivo: Qatar 2022. Demostremos lo que siempre pregonamos, ”UNIDOS SOMOS MÁS FUERTES”.
(*) Beto Akatsuka, Ex jugador profesional de fútbol, dos veces seleccionado juvenil de su país y bachiller de CC.CC (U.P.S.M.P). Radicado en Japón desde 1993.
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