El 22 de enero de 2021 entrará en vigor el tratado de la ONU que prohíbe las armas nucleares. Japón, pese a ser el único país víctima de ataques nucleares, no se ha afiliado al histórico acuerdo.
El secretario jefe del gabinete de Japón, Katsunobu Kato, explicó que su gobierno comparte el objetivo del tratado, la abolición de las armas nucleares, pero discrepa de la manera en que aborda el tema.
«Creemos que, considerando el entorno de seguridad cada vez más difícil que rodea a Japón, es apropiado hacer un progreso constante y realista hacia el desarme nuclear mientras mantenemos y fortalecemos nuestras capacidades de disuasión para enfrentar las amenazas», dijo en declaraciones recogidas por Kyodo.
La postura de Japón tiene nombre: Estados Unidos, su paraguas nuclear.
Japón depende de la protección estadounidense ante amenazas como los misiles norcoreanos, lo cual impide que respalde la prohibición total de la producción, uso y almacenamiento de armas nucleares, según la agencia de noticias japonesa.
Ninguna potencia nuclear ha ratificado el tratado.
La posición del gobierno de Japón fue criticada por supervivientes de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, y activistas antinucleares en general.
Para la Confederación Japonesa de Organizaciones de Afectados por Bombas Atómicas y de Hidrógeno, «el gobierno japonés, que debería haber sido el primero en ratificar el tratado, le ha dado la espalda».
Mientras tanto, en Nagasaki se ha instalado un reloj digital frente al municipio que registra la cuenta regresiva para la entrada en vigor del tratado.
El alcalde de la ciudad, Tomihisa Taue, subrayó que “solo hay un camino que sigue Nagasaki: el que conduce a la realización de un mundo sin armas nucleares».
Por su parte, Kunihiko Sakuma, superviviente de la bomba, aseguró que continuarán luchando por la abolición de las armas nucleares. «No nos rendiremos”, dijo. (International Press)
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