El domingo, alrededor de las 5:50 a. m., un automovilista vio a un joven caminar de manera tambaleante frente a un edificio de apatos en la ciudad de Akashi, prefectura de Hyogo.
Su ropa estaba manchada de sangre, revela Japan Today.
El conductor llamó a la policía, que encontró al chico en la calle.
El joven confesó que había golpeado a su madrastra y que probablemente ella estaba muerta.
La policía entró al edificio de apatos donde vive el chico y encontró el cuerpo de la víctima, una mujer de 42 años.
Estaba en su dormitorio y había recibido golpes en la cabeza y el rostro. Fue declarada muerta en un hospital.
El asesino de 18 años, que trabaja como herrero, vivía con su madrastra, su padre y tres hermanos. Al parecer todos dormían cuando la atacó. (International Press)
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