Elisa Lahcene, una mujer de 24 años graduada de la Universidad de Montpellier y estudiante en la Universidad de Tohoku, se dirigía en bicicleta a su residencia estudiantil en la ciudad de Sendai, prefectura de Miyagi, cuando vio a una adolescente parada junto a la barandilla de un puente, en el lado opuesto al de la carretera.
Era alrededor de las 5 p. m. del 31 de mayo, precisa Asahi Shimbun.
Temiendo que fuera a caer al río Hirose, Elisa se acercó a la chica. Pese a no poder comunicarse en japonés, le dijo en inglés “Por favor, ven conmigo” y logró persuadirla de que se alejara de la barandilla.
La chica se tranquilizó y Elisa retornó a su residencia. Sin embargo, sospechando que la japonesa podría volver a intentar suicidarse, le contó todo a un compañero en la residencia, Kartik Sau, un indio de 31 años, investigador especial del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada.
Ambos fueron al puente y a unos 300 metros encontraron a la chica sollozando, cerca de una estación de metro.
Se acercaron a ella e intentaron animarla. Se quedaron con la chica hasta que la policía llegó y se la llevó bajo custodia.
La buena acción de los extranjeros fue reconocida por la policía local, que les entregó sendos diplomas de agradecimiento.
Con modestia, Elisa dijo que es “algo normal ayudar a una persona que está en gran peligro”, mientras que Kartik declaró que es “un gran honor poder ayudar a alguien”.
El jefe de la estación policial local destacó que pese a la barrera del idioma, se puede ayudar a una persona. (International Press)
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