La población japonesa se redujo en 505.046 personas en 2019, la mayor caída desde que los datos comenzaron a ser recopilados en 1968, según datos oficiales recogidos hasta el 1 de enero de 2020.
Los números cayeron por undécimo año consecutivo hasta 124,27 millones, según la encuesta anual basada en el registro nacional de residentes. El declive poblacional natural, que es la diferencia entre muertes y nacimientos, llegó a un máximo histórico de 511.998.
Solo el 59,3% de los japoneses se encontraba en la edad económicamente activa, entre 15 y 64 años, el menor índice registrado hasta ahora.
El Nikkei dijo que con la población cada vez más anciana, se necesitarán medidas públicas y privadas, así como una extensión de la edad de jubilación que aliente a las personas mayores a seguir trabajando para mantener el crecimiento de la economía.
El aumento de los residentes extranjeros compensó en parte el descenso poblacional nipón. Los inmigrantes se incrementaron en 7,5% hasta un récord de 2,87 millones, de los cuales el 85,3% estaba en edad de trabajar, según el informe de gobierno.
Muchos extranjeros, que son estudiantes o aprendices técnicos procedentes del sudeste asiático, son veinteañeros, lo que constituye una fuerza laboral importante en medio de una escasez de mano de obra en muchos sectores de la industria.
Todas las prefecturas, menos una, registraron aumentos de residentes extranjeros, con mayores índices en las áreas urbanas de Tokio, además de Aichi y Osaka. Tokio tenía registrados 577.329 extranjeros, que es el 4% de su población.
La población japonesa creció en solo tres prefecturas: Tokio, Kanagawa y Okinawa. La capital japonesa tuvo una subida de 0,5% para llegar hasta el 1 de enero de 2020 a 13,26 millones de personas. (Resumen International Press)
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