El primer ministro Shinzo Abe dejó de usar exclusivamente la mascarilla de tela distribuida y promocionada por el gobierno y el sábado apareció en público por primera vez sin ella desde abril.
«Ahora muchas mascarillas disponibles en las tiendas, por lo que pido a la ciudadanía que coopere utilizándolas para prevenir las infecciones», dijo Abe esta mañana al llegar a su oficina en Tokio.
Más conocida como “abenomask”, la mascarilla ha sido ridiculizada en Japón tanto por su diseño y fallos de fábrica, demasiado pequeña y en muchos casos con rastros de moho y suciedad, como por ser el símbolo de una política anticuada que «desperdicia el dinero público» en medidas efectistas.
La administración Abe gastó millones en la confección y distribución gratuita de una mascarilla que casi nadie usa. Al menos en las calles del país es muy raro ver a alguien utilizando una “abenomask”.
El fin de semana Abe se mostró en una actividad en Fukushima con una mascarilla comercial que le cubría completamente la mitad del rostro hasta la barbilla, contrario a lo que ocurría con la mascarilla “oficial”.
Para el Primer Ministro, dijo una fuente cercana a su Oficina, la primera mascarilla en usar que no era la «abenomask» tenía un significado especial porque había sido confeccionada en Fukushima, el centro de los esfuerzos gubernamentales de la reconstrucción tras el Gran Terremoto y Tsunami de Tohoku de 2011. (Agencias/International Press)
Be the first to comment