El anuncio del gobierno de Japón de que continuará con la distribución gratuita de mascarillas de tela (80 millones adicionales) entre la población ha generado críticas de algunas celebridades.
Ishii LaSalle, figura de la TV, tuiteó: «Por favor, paren ahora y usen este presupuesto para apoyar a las áreas afectadas por las lluvias torrenciales y las instituciones médicas».
«Es un desperdicio gastar decenas de miles de millones de yenes en algo que probablemente nadie use», añadió, según Kyodo.
El gobierno prevé destinar 24.700 millones de yenes (235 millones de dólares) al suministro de las mascarillas.
Otra celebridad que expresó su oposición a la iniciativa fue la actriz Kyoko Koizumi.
Las críticas no son nuevas. Cuando el gobierno puso en marcha la distribución de las mascarillas (de tela, lavables y conocidas como “abenomasks”, en alusión al primer ministro de Japón, Shinzo Abe) hubo quejas sobre su tamaño (demasiado pequeñas) y su tardía llegada a los hogares.
El 1 de abril, Abe anunció que su gobierno distribuiría mascarillas a todos los hogares del país ante su escasez debido a la alta demanda por la propagación del coronavirus.
El objetivo era que el reparto terminara a fines de mayo, pero acabó en las postrimerías de junio, cuando muchas tiendas ya habían podido reponer su stock de mascarillas.
El gobierno demoró más tiempo del previsto en el control de calidad de las mascarillas después de que se descubrió que algunas estaban contaminadas. (International Press)
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