La policía de Tokio tiene identificado al funcionario ruso para quien el exempleado de SoftBank, Yutaka Araki, robaba información secreta de la compañía japonesa.
El hombre se llama Anton Kalinin, es el número 2 de la oficina comercial rusa en Japón y sería miembro del Servicio de Inteligencia Extranjera de Rusia. Kalinin es considerado como un «pez gordo» por las agencias de inteligencia occidentales, según fuentes de Yomiuri Shimbun.
Araki, arrestado el mes pasado, declaró a la policía que sospechaba que Kalinin era un espía ruso. El funcionario le pagaba por la información y lo invitaba a comer y beber.
Kalinin llegó a Japón en 2017 y conoció a Araki a través de otro funcionario ruso.
El japonés nunca conoció el cargo o la posición de Kalinin. Tampoco tenía su correo electrónico o número de teléfono para contactarlo. Era Kalinin quien se comunicaba con él y cada vez que se reunían fijaba la hora y el lugar del siguiente encuentro. De acuerdo con fuentes de Yomiuri, así operan los espías rusos.
El ruso le pagaba a Araki de acuerdo con la importancia de la documentación entregada. Para recibir más, el japonés le daba información más confidencial.
El ruso le pagaba decenas de miles de yenes por cada tarea.
Debido a su estatus diplomático, Kalinin no puede ser arrestado. La policía de Tokio solicitó a la embajada rusa que lo entregue, pero esta no ha respondido. Kalinin todavía estaría en Japón.
¿Qué busca exactamente Rusia? Los rusos están recogiendo información sobre infraestructura de telecomunicaciones en todo el mundo para actividades de inteligencia, según las fuentes.
Araki se desempeñaba como ejecutivo del departamento de promoción de tecnología móvil de SoftBank y fue despedido en diciembre. (International Press)
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