Probablemente el miedo más grande de los familiares de los japoneses que fueron secuestrados por Corea del Norte en las décadas de 1970 y 1980 es morir sin volver a ver a sus seres queridos.
El miedo crece a medida que la vida se acerca a su fin. Los padres de los secuestrados son personas octogenarias y nonagenarias que siguen esperando reencontrarse con sus hijos.
Lamentablemente, el tiempo no le alcanzó a Kayoko Arimoto para volver a ver a su hija Keiko, secuestrada en 1983 cuando tenía 23 años.
Kayoko murió en un hospital en la prefectura de Hyogo a los 94 años, reveló la NHK.
Si Keiko aún vive, en enero pasado cumplió 60 años. Su padre y sus hermanas celebraron su cumpleaños en su casa en Kobe acompañados por una foto de Keiko tomada antes de ser secuestrada. Kayoko no pudo participar en la reunión porque estaba en el hospital.
Keiko fue secuestrada mientras viajaba por Europa después de completar sus estudios en Londres.
Corea del Norte asegura que Keiko murió en 1988 por un escape de gas en su casa en Pyongyang. Los norcoreanos no han presentado ninguna evidencia de su fallecimiento. (International Press)
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