En septiembre del año pasado, un hombre de 83 años murió en Tokio. Sus restos fueron incinerados y el municipio de Toshima se contactó con el hijo del anciano, un hombre llamado Hiroaki Hishijima, para que recogiera las cenizas.
Hishijima fue a recoger las cenizas, pero en vez llevárselas a su casa, las abandonó en el cubículo de un baño de la estación de Tokio.
La policía arrestó al hombre por deshacerse de manera indebida de los restos de su padre, informó Japan Today.
Hishijima contó a la policía que sus padres estaban divorciados y que desde entonces vivía con su madre.
El hombre de 53 años dijo que su madre no quería que llevara las cenizas a la casa para ahorrarse las molestias y costos que eso acarrearía. Sin saber qué hacer con las cenizas, las dejó en el baño de la estación de Tokio. (International Press)
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