Desde hace unos 300 años, el pueblo de Tokamachi, en la prefectura de Niigata, organiza un ritual el primer día de luna llena del año que consiste en arrojar a los hombres recién casados a la nieve.
La costumbre comenzó como un acto de venganza después de que una mujer de la comunidad se casó con un hombre de otro pueblo, explica la NHK.
El ritual sobrevive hasta hoy, pero no con ánimo revanchista ni nada parecido, sino como una divertida práctica para desear suerte a los recién casados.
Este año el ritual tuvo que realizarse en otro lugar debido a la escasez de nieve que sufre Japón y que ha alcanzado niveles históricos.
En 2020 se han registrado 16 centímetros de nieve en el pueblo, menos de una décima parte del promedio de los últimos 25 años.
Para no perder la costumbre, los pobladores recogieron nieve del suelo y los techos de las casas para usarlo en el ritual. Los recién casados ascendieron hasta la cima de una colina y desde ahí fueron arrojados cuesta abajo.
Al pie de la colina los esperaban sus flamantes esposas, quienes ayudaron a sus cónyuges a quitarse la nieve. (International Press)
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