Como en la mayor parte del mundo, en Japón las grandes ciudades tienen un fuerte magnetismo. Urbes como Tokio ejercen un gran poder de atracción sobre los jóvenes (y no tan jóvenes) que migran de pueblos o zonas rurales.
El gobierno de Japón quiere evitar la excesiva concentración de habitantes en las grandes ciudades y promover el desarrollo económico de las comunidades locales, afectadas por el progresivo despoblamiento.
El año pasado, el área metropolitana de Tokio (que también incluye a las prefecturas de Saitama, Chiba y Kanagawa) registró un saldo positivo migratorio de 136 mil personas. No fue una cifra aislada, sino parte de una tendencia alcista.
El gobierno nipón se trazará como objetivo revertir esa tendencia para el año fiscal 2024, informó Jiji Press.
Si la meta se cumple, en cinco años el número de personas que migran al área metropolitana de Tokio será menor que el de quienes salen de ella.
El objetivo será parte de una nueva estrategia de revitalización regional para un período de cinco años que debe ser aprobada por el gabinete japonés a fines de diciembre. (International Press)
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