El asesinato del médico japonés Tetsu Nakamura y las cinco personas que lo acompañaban en Afganistán fue premeditado e involucró a cuatro hombres armados, según un testigo.
Los cuatro, según el testigo (cuya versión recoge Kyodo), se dirigieron en dos coches hasta un restaurante situado cerca del lugar del ataque.
Cuando el vehículo de Nakamura se acercó, los asesinos corrieron y le dispararon desde ambos lados.
El testigo se escondió en el restaurante cuando uno de los atacantes le gritó que se alejara.
De pronto los ruidos de disparos amainaron, lo que le permitió al testigo escuchar a los asesinos, que hablaban entre ellos para determinar si las víctimas habían muerto. Luego, realizaron unos pocos disparos más y escuchó a uno decir “está terminado, vámonos”.
Los asesinos huyeron en los coches con los que llegaron. Tenían el rostro descubierto y llevaban ropa afgana tradicional.
La versión del testigo indica que los atacantes conocían la ruta de Nakamura y sus acompañantes de antemano.
Hasta ahora nadie se ha atribuido la autoría del crimen. El grupo armado Talibán se desvinculó del ataque. Sin embargo, en la zona opera también el Estado Islámico.
Nakamura, de 73 años, era ampliamente reconocido en Afganistán por su labor humanitaria como médico e impulsor de proyectos de desarrollo agrícola. (International Press)
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