Cuando la policía llegó a la casa de la mujer, encontró su cadáver, así como el de su esposo.
Ambos fueron apuñalados mientras dormían en una habitación del segundo piso de la casa. La mujer, Miwa Kobayashi (50), y su esposo Mitsunori (48) sangraban por cortes en la cara y el cuello.
La policía está buscando al autor de los asesinatos y halló fuera de la casa unas zapatillas que le pertenecerían, revela Asahi Shimbun.
En una de ellas se encontraron manchas que serían de sangre. La policía cree que el asesino usó las zapatillas durante el ataque y que se las quitó al salir de la casa.
La policía no halló signos de que alguien hubiera forzado la entrada de la vivienda. Sin embargo, había entradas que no estaban cerradas con llave. La casa está rodeada de árboles y aislada de otras viviendas.
Los Kobayashi vivían con sus tres hijos. Los dos menores, un chico de 13 años y una chica de 11, también fueron atacados mientras dormían. Los hermanos compartían una habitación.
El niño fue acuchillado en ambas piernas y un brazo, mientras que la niña declaró a la policía que sintió como si le hubieran echado algo parecido al gas lacrimógeno.
Los dos menores fueron llevados a un hospital y están fuera de peligro.
La hija mayor de la pareja, una estudiante universitaria de 21 años, no fue herida. La joven dormía en el primer piso.
Asahi recogió el testimonio de una mujer que vivía cerca de la casa de los Kobayashi. La vecina veía a menudo al hombre y su hijo boleando en la calle, y contó que la mamá era una persona amable.
«Eran una buena familia”, dijo la mujer, que jamás detectó ninguna señal de que los Kobayashi pudieran estar en problemas. (International Press)
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