En casi cualquier país del mundo, un tifón devastador como el que tocó tierra en la región de Kanto el lunes sería motivo más que suficiente para faltar al trabajo. ¿Cómo se puede ir a trabajar si se produce un desastre natural que causa estragos en el transporte público?
Con tifón o no, los japoneses no faltan al trabajo. El lunes, las estaciones de tren en el área metropolitana de Tokio se llenaron de pasajeros que hicieron largas filas, incluso en la calle.
Un día antes de que el tifón aterrizara en territorio japonés, la compañía JR East anunció que suspendería todos sus servicios en el área metropolitana de Tokio por la mañana y que los reanudaría a las 8 a. m. Sin embargo, la mayoría de operaciones se retrasaron debido a los extensos daños causados por el tifón.
Fue así como una multitud de pasajeros inundó las estaciones a la espera de que los trenes volvieran a funcionar y así poder llegar al trabajo.
Esto llamó la atención de Mainichi Shimbun en un editorial:
“El hecho de que muchos japoneses intentaran llegar al trabajo tras el desastre podría verse como una expresión de su laboriosidad. Esperar pacientemente en las colas sin quejarse también puede ser una prueba de la serenidad de los japoneses. Sin embargo, esperar en las estaciones no aporta nada a la persona o a la empresa para la que trabaja, y es simplemente una pérdida de tiempo”.
El diario japonés se pregunta si no es posible que las personas lleguen a la conclusión de que en circunstancias excepcionales -como un tifón- no es necesario que acudan a trabajar o que las compañías permitan que sus empleados falten.
Mainichi aboga por el teletrabajo, que está expandiéndose en Japón, como una alternativa.
Obviamente, hay trabajos que sí o sí requieren la presencia física del trabajador, como la industria de servicios. Sin embargo, remarca el diario, no es razonable que se trabaje como en un día normal cuando el país sufre un tifón (exceptuando, claro, a quienes con su trabajo salvan a la gente, como en el campo médico).
Hay que cambiar de mentalidad, propone Mainichi. La idea es simple y poderosa: cuando hay un desastre natural, no es necesario ir a trabajar. (International Press)
Be the first to comment