El 1 de octubre comenzará a regir el nuevo impuesto al consumo de 10 % en Japón. Sin embargo, algunos artículos continuarán sujetos al gravamen actual de 8 %. Esto significa que los establecimientos minoristas deberán contar con cajas registradoras que puedan manejar el sistema dual.
Si el cliente compra un producto alimenticio o una bebida no alcohólica, el impuesto a cobrar será de 8 %; por el resto de artículos, de 10 %.
El problema es que la producción de cajas no está satisfaciendo la demanda, revela la NHK.
Y eso que ha subido mucho.
En julio y agosto, un fabricante de cajas manufacturó alrededor de 6.000 unidades, el triple que en el mismo período de 2018. Se espera que el ritmo se mantenga para septiembre.
Para intentar cumplir con la creciente demanda, ha incrementado el número de sus trabajadores en un 30 %. Además, están haciendo horas extras.
Otros fabricantes también están redoblando esfuerzos para no ser desbordados por la demanda.
Sin embargo, como se mencionó al principio, la producción de cajas está resultando insuficiente, motivo por el cual es posible que algunas tiendas tengan que depender de calculadoras durante los primeros meses de vigencia del nuevo impuesto, advierte la NHK. (International Press)
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