En 2016, una serie de terremotos golpearon a la prefectura de Kumamoto. Hiroshi Honda, un residente de 54 años, quedó conmovido por la bondad de los voluntarios que acudieron a la prefectura para ayudar a los damnificados.
La experiencia le cambió la vida: Honda decidió convertirse en voluntario y ayudar a las víctimas de desastres naturales en Japón.
En declaraciones recogidas por Asahi Shimbun, el hombre dice que quiere “devolver el favor”. Así como lo ayudaron, él ayuda. «Ya no puedo quedarme de brazos cruzados cuando la gente está devastada por un desastre», añade.
Impulsado por este espíritu bienhechor, Honda viajó a la prefectura de Saga para auxiliar a las víctimas de las torrenciales lluvias e inundaciones que sufrieron sus habitantes, así como los de Fukuoka y Nagasaki, la semana pasada.
Honda, unos de los 353 voluntarios en la ciudad de Takeo, fue asignado a la casa de la residente Setsuko Egashira, donde ayudó a remover lodo y quitar los tatamis y alfombras contaminados por el fango.
La ayuda desinteresada de Honda y otros voluntarios conmovió a la mujer hasta las lágrimas. «Entré en pánico después de la inundación, pero pude recuperar la calma gracias a la generosa ayuda de los voluntarios. Estoy sumamente agradecida», dice. (International Press)
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