En abril de 2014, el impuesto a las ventas subió de 5 al actual 8 % en Japón. Más de seis meses antes de la subida, la demanda de coches nuevos comenzó a dispararse. La gente quería comprarlos antes de que el alza encareciera los vehículos.
Esta vez, sin embargo, no está ocurriendo lo mismo.
A un mes de que el impuesto al consumo se eleve a 8 a 10 % en octubre, las ventas de automóviles han sido lentas, según Jiji Press. No se registra el dinamismo de hace cinco años.
¿La razón? Para evitar que las ventas de coches se incrementen antes de la subida del impuesto y después, una vez que la tasa sea de 10 %, se desplomen, se han previsto una serie de medidas.
Por ejemplo, el gobierno de Japón tiene planeado reducir un impuesto relacionado con el automóvil hasta en 4.500 yenes (42 dólares) a partir de octubre. Esto hace que los consumidores estén a la espera, observando el impacto que la medida señalada y otras podrían tener en los precios de los coches.
Un representante de la industria automotriz explica que los consumidores están siendo “cautelosos” con respecto a la compra de vehículos nuevos.
La situación es distinta con referencia a los aparatos electrodomésticos, que están gozando de gran demanda. (International Press)
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