Egresar de koko influye de manera considerable en las perspectivas de empleo de los jóvenes en Japón. Ingresar a él puede resultar un obstáculo insalvable para estudiantes extranjeros cuyo dominio del idioma japonés es limitado, con lo cual su futuro laboral también es limitado.
Mainichi Shimbun ha publicado los resultados de un sondeo realizado por una organización que apoya a estudiantes extranjeros. La investigación revela que el proceso de examen de ingreso al koko público para los extranjeros cambia mucho de un sitio a otro. No hay uniformidad.
Por ejemplo, solo 23 de las 47 prefecturas de Japón han implantado medidas de apoyo a los extranjeros.
¿Qué medidas? Proporcionarles tiempo extra durante los exámenes o la inclusión en las pruebas de caracteres fonéticos «furigana» para ayudarlos a entender los numerosos kanjis, entre otras.
Hay 10 prefecturas que tienen muchos estudiantes que necesitan apoyo en el idioma japonés. De ellas, algunas han establecido medidas de ayuda, como Kanagawa, Osaka, Shiga y Tokio, pero otras, como Shizuoka y Aichi, no.
Otra cosa: los requisitos para los exámenes también difieren.
Por ejemplo, permitir que los estudiantes egresados de escuelas de secundaria extranjeras rindan los exámenes de admisión a un koko japonés se deja a criterio de las juntas de educación de cada prefectura. Tokio y Kanagawa lo permiten, pero no Aichi ni Shizuoka.
En Aichi, prefectura que alberga el mayor número de residentes brasileños del país, hay 12 escuelas para brasileños, con aproximadamente 1.200 estudiantes. Algunos quieren estudiar en un koko japonés, pero los obstáculos que enfrentan pueden ser muy grandes.
Mainichi expone el caso del hijo de 16 años de la residente brasileña Josefa Duarte de Castro dos Santos. El chico estudió primaria en una escuela japonesa, pero tras la crisis financiera de 2008 la familia viajó a Brasil. Hace dos años volvieron a Japón, pero el hijo había olvidado gran parte del idioma japonés. Así las cosas, tuvo que inscribirse en una escuela de secundaria brasileña. La mamá quería que estudiara en un colegio japonés porque piensan seguir viviendo en Japón.
Luego, su hijo quiso estudiar en un koko japonés y asistió a clases de apoyo en nihongo, pero finalmente desistió ante los exigentes estándares para superar la prueba.
La mamá lamenta que ante la imposibilidad de que estudie en un koko japonés se han reducido sus posibilidades para el futuro.
Ante situaciones como la descrita, la organización que apoya a los estudiantes extranjeros enfatiza que el sistema de ingreso al koko debe mejorarse “para que todos puedan tener las mismas oportunidades». (International Press)
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