La muerte de Mia Kurihara, una niña de 10 años, en enero pasado como consecuencia de los maltratos de su padre sacudió a la sociedad japonesa y puso en la agenda nacional el abuso infantil y, sobre todo, la negligencia de autoridades incapaces de proteger a las víctimas.
La madre de Mia, Nagisa, una mujer de 32 años, será juzgada en el Tribunal de Distrito de Chiba desde el jueves, reveló Asahi Shimbun.
La mujer, acusada de complicidad, confesó ante trabajadores de un centro de bienestar infantil en Chiba que cuando le rogaba a su esposo que no maltratara más a su hija, el hombre se enfadaba más aún y la emprendía también contra ella.
De acuerdo con la versión de la mujer, su esposo perdió muchas veces el control cuando ella trataba de detener la violencia contra la niña.
El hombre solía arrastrar a su hija por el suelo e impedir que durmiera, según Nagisa, que contó que una vez arropó a su hija a las 9 de la noche, desatando la furia de su esposo, que le preguntó por qué la niña tenía que dormir tan temprano, y la obligó a revisar su tarea. La madre dijo que le preocupaba la falta de sueño de su hija.
La mujer aseguró que dijera lo que le dijera a su esposo, nada cambiaría. «Si es posible, no quiero dejar a Mia y Yuichiro solos, pero no sé qué hacer», agregó.
Cuando se le preguntó si ella misma había sido víctima de violencia por parte de su cónyuge, respondió: «No digo que no».
También le preguntaron por qué se volvió a casar con el hombre después de haberse divorciado de él, e ignorando la oposición de su familia. La mujer contestó: «Eso es lo que hacen todas las víctimas de violencia doméstica, ¿no?».
El padre, un hombre de 41 años llamado Yuichiro Kurihara, es acusado de infligir daño corporal causante de muerte. De acuerdo con los fiscales, Nagisa ayudó e instigó a su esposo a abusar de la niña, una estudiante de cuarto grado de primaria. (International Press)
Be the first to comment