La campaña lanzada por la policía de Japón para que los conductores de avanzada edad renuncien a seguir manejando ante el elevado número de accidentes que causan está rindiendo frutos.
El año pasado, un máximo histórico de 292.089 personas de 75 años o más devolvieron voluntariamente sus licencias de conducir, informó la NHK.
La cifra representó un aumento de 38.152 con respecto a 2017 y es la más alta desde que se inició el sistema de devolución voluntaria en 1998.
El año pasado, los conductores de 75 años o más causaron 460 accidentes mortales.
En 2018, 244.726 personas de la misma franja etaria recibieron certificados de historial de manejo, también un máximo histórico.
La gente que ya no conduce puede usar estos certificados como documentos de identificación.
Como parte de su campaña para alentar a los ancianos a dejar de conducir, la policía prepara el establecimiento de una línea telefónica de consulta para los conductores mayores y sus familias. (International Press)
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