El año pasado, la policía de Japón registró 9.088 casos de violencia doméstica en el país, una cifra récord.
El número de casos creció por décimo quinto año consecutivo, detalló Kyodo.
En dos casos hubo asesinatos.
En febrero, una mujer murió en un incendio en la ciudad de Himeji. La policía arrestó al hombre que vivía con ella por verter un líquido inflamable sobre su cuerpo y prenderle fuego.
En agosto, una mujer que residía en la ciudad de Misawa fue asesinada por su exesposo. Ambos trabajaban en la misma planta de procesamiento de carne y la mujer lo había denunciado ante la policía por difamarla en internet.
En 109 casos hubo intentos de asesinato.
Si bien el 80 % de víctimas de violencia doméstica fueron mujeres, el número de hombres víctimas el año pasado casi se triplicó con respecto a 2014.
Las personas de 30 a 39 años representaron el grupo de edad con la más alta proporción de víctimas (28,2 %).
En el 76,1 % los atacantes fueron cónyuges o excónyuges.
El aumento no se explica necesariamente por un incremento de la violencia doméstica en Japón. Hoy -según la policía- existe una mayor conciencia en la sociedad nipona sobre este flagelo, lo que conduce a un mayor número de denuncias (que antes no se hacían).
Por otro lado, el número de casos de acoso disminuyó a 2.464 (161 menos que en 2017).
Un caso de acoso derivó en la muerte de la víctima. En noviembre, una mujer filipina murió acuchillada por su exnovio en la ciudad de Hamamatsu. El hombre acosaba a la mujer e incluso la policía le ordenó que se alejara de ella.
Casi el 90 % de las víctimas de acoso fueron mujeres. En el 43,3 % de los casos, los acosadores fueron novio(a)s o exnovio(a)s de las víctimas.
Finalmente, el año pasado hubo 1.347 casos de pornovenganza (104 más que en 2017). El 93,3 % de las víctimas fueron mujeres. (International Press)
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