Los tres Óscar logrados hoy por «Roma», de Alfonso Cuarón, se unen a las estatuillas conseguidas hasta ahora por profesionales del cine mexicano en la historia de unos premios que por primera vez celebraron el talento de sus vecinos en 1950 y que tenía a Anthony Quinn como su representante más galardonado.
Quinn, nacido en Chihuahua se llevó dos Óscar a mejor secundario, por «Viva Zapata!» en 1953 y por «Lust for Life» en 1957 y era el mexicano más reconocido por Hollywood hasta la irrupción de los ‘tres amigos’, como se conoce a Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro.
Eran los años cincuenta, inscritos en la edad de oro del cine mexicano, aunque eso no se tradujo en nominaciones del país en el apartado de mejor filme en lengua no extranjera. La primera llegaría en 1961 con «Macario», de Roberto Gavaldón. Ni este filme ni otros siete que representaron a México en los Óscar -incluidos «Amores perros» y «Biutiful», de Iñárritu, y «El laberinto del fauno», de Del Toro- se llevaron el galardón.
A LA NOVENA VA LA VENCINA: CUARÓN
Ha tenido que ser el tercer amigo, Cuarón, el que por fin, al noveno intento, se haya llevado el Óscar para México, así como otros dos, a mejor director y mejor fotografía, los tres labores directas del cineasta.
Antes ya había conseguido el de mejor director y mejor montaje (compartido con Mark Sanger) por «Gravity» en 2014. Una aventura espacial que marcó la nueva edad de oro de México, esta vez en Hollywood.
Al año siguiene sería Iñárritu el triunfador. Su filme «Birdman» se llevó los Óscar a mejor película, dirección, guion -del propio director junto a Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris y Armando Bo- y Fotografía, para Emmanuel Lubezki.
‘El chivo’ Lubezki es uno de los colaboradores habituales de Iñárritu y Cuarón y con el trabajo en sus filmes ha conseguido tres Óscar, otro hito para el cine mexicano. En 2014 por «Gravity», en 2015 por «Birdman» y en 2016 por «The Revenant».
Esta última película continuó el reinado de los directores mexicanos, con Iñárritu recogiendo de nuevo el Óscar a mejor dirección.
EL TEMA DE LOS INMIGRANTES
En 2017 el marcador mexicano se quedó en blanco en lo que se refiere a categorías tradicionales, pero ese año Iñárritu recogió un Óscar especial por su proyecto de realidad virtual «Carne y arena», una denuncia sobre la situación de los inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos.
Un problema sobre el que los tres se han pronunciado al recoger sus premios.
«A quienes vienen aquí (a EE.UU.), ojalá sean tratados con la misma dignidad y respeto que aquellos que construyeron esta increíble nación de inmigrantes», dijo Iñárritu tras recibir el Óscar de dirección por «Birdman» de manos de Sean Penn, quien al anunciar su nombre, dijo sonriente: «¿»Quién le dio a este cabrón la tarjeta de residencia (green card)?».
Dos años después, en 2018, sería Del Toro cuando recibió su Óscar por «The Shape of Water» el que se referiría a los inmigrantes, con Trump ya en el poder.
«Soy un inmigrante, como Alfonso, como Alejandro, como mis compadres y como muchos de vosotros», afirmó el de Guadalajara en una noche en la que su película fue la triunfadora con cuatro Óscar: mejor filme, mejor dirección, mejor música y mejor dirección de producción.
Y este año Cuarón, que agradeció a la Academia de Hollywood que premiara un filme como «Roma», sobre una mujer indígena y trabajadora doméstica sin derechos laborales, un tipo de personas que, según el cineasta, ha sido «relegado» históricamente en el cine.
Pero antes de esta época dorada, Del Toro estuvo a punto de triunfar con «El laberinto del fauno», en 2007. Estuvo nominado a mejor dirección, pero se tuvo que contentar con tres Óscar técnicos, dos de ellos para profesionales mexicanos: mejor fotografía para Guillermo Navarro, y dirección artística para Eugenio Caballero (compartido con la española Pilar Revuelta).
En otra categoría técnica en la que también ha habido Óscar para México es en la de mejor sonido, gracias a Gonzalo Gavira, que formó parte del equipo ganador en 1974 por su trabajo en «The Exorcist» -aunque no está incluido en el listado oficial de la Academia de Hollywood-. Y en 2003 la premiada fue la maquilladora Beatriz de Alba, por «Frida».
Como curiosidad, en 1972 se produjo un doblete, único en la historia de los Óscar. Manuel Arango se llevó dos estatuillas por el cortometraje «Centinelas del silencio», que ganó en mejor corto y mejor corto documental.
Y hay quien considera que el Óscar de Lupita Nyong’o, mejor actriz de reparto en 2014 por «12 Years a Slave» pertenece a México, país en el que nació y de donde procede su nombre. Pero, aunque mantiene la doble nacionalidad, ha pasado casi toda su vida en Nigeria y Estados Unidos. EFE
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