El año pasado, un tribunal chino condenó a un japonés a 12 años de prisión por espía. El hombre de 54 años había sido arrestado en la ciudad de Wenzhou en 2015.
Según el fallo, el japonés vigilaba las embarcaciones de la Guardia Costera de China desde una isla y transmitía la información a una agencia gubernamental japonesa.
El hombre alquiló un condominio en la isla para tomar numerosas fotografías de los barcos.
Este no es el único caso en el que un tribunal chino involucra al gobierno de Japón en actividades de espionaje.
Yomiuri Shimbun revela que en al menos tres de los cuatro casos de ciudadanos japoneses condenados por espionaje en China el año pasado, el gobierno nipón ha estado comprometido, según los tribunales chinos.
En un fallo contra otro ciudadano japonés en 2018 por espionaje, el tribunal chino involucró al gobierno nipón, así como en el caso de una japonesa a cargo de una escuela de idioma japonés.
En 2015, se hizo público el desarrollo de un proyecto para construir una gran base de guardacostas en la zona costera de Wenzhou, motivo por el cual China ha sido muy sensible con respecto al comportamiento de los ciudadanos extranjeros.
Al menos ocho ciudadanos japoneses han sido arrestados y acusados de espionaje desde 2015.
En 2014, el gobierno chino promulgó una ley que obliga a los ciudadanos chinos a cooperar con las investigaciones sobre espionaje. Al parecer, la detención de japoneses forma parte una creciente campaña por descubrir espías.
El gobierno japonés ha negado repetidamente que envíe espías a otros países. (International Press)
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