El brasileño Carlos Katsuhiro Okamoto, desempleado y de 48 años de edad, se entregó la noche de ayer sábado a la policía de Toyokawa, en Aichi, y ha confesado la crueldad con la que mató a su esposa y compatriota, Claudia Mayumi Makimori de 40 años.
Okamoto estaba desaparecido desde la mañana del 17 de este mes cuando Claudia fue encontrada por su hijo de 15 años tendida en su cama, ensangrentada y sin vida. La familia vive en el distrito de Toyogaoka.
La policía había desplegado una operación de búsqueda en la provincia y lugares cercanos hasta a altas horas del sábado, Okamoto apareció en la delegación policial y dijo: “deténganme por favor”.
“Le corté el cuello con un cuchillo y la golpeé varias veces en la cabeza con un martillo”, confesó el brasileño según la versión policial divulgada por la prensa local.
Las autoridades dijeron que aún investigan el móvil del crimen y otros detalles. (International Press)
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