En julio entró en vigor en Japón un nuevo programa de visas que otorga permisos de trabajo a bisniestos de inmigrantes japoneses (yonsei).
El gobierno de Japón tiene como objetivo recibir a 4.000 yonsei al año, pero desde que comenzó el programa hasta mediados de octubre, solo dos yonsei, un brasileño y un filipino, se han beneficiado del nuevo sistema.
A este ritmo, Japón quedará muy lejos de su meta, advirtió Asahi Shimbun.
El programa está dirigido a los yonsei de 18 a 30 años.
¿Por qué solo dos? Expertos consultados por Asahi sostienen que los requisitos para recibir el permiso de trabajo son estrictos. Los yonsei, por ejemplo, no pueden llevar a sus familias a Japón, deben tener conocimientos básicos de idioma japonés y solo pueden trabajar cinco años en Japón.
Además, deben contar con un garante en Japón.
En 1990, una flexibilización de la ley de control de inmigración permitió el arribo masivo de descendientes de japoneses de segunda y tercera generación de países latinoamericanos como Brasil y Perú para trabajar mayormente en fábricas. A los nisei y sansei se les permitió llevar a sus familias.
En 2007, se estimaba que unos 310.000 nikkei brasileños residían en Japón. El número se redujo notablemente después del estallido de la crisis financiera global en 2008.
A fines del año pasado, había alrededor de 190.000 brasileños de origen japonés viviendo en Japón.
Antes de la entrada en vigor del nuevo programa, solo podían vivir en Japón los yonsei menores de 20 años, solteros y que vivían con sus padres.
Muchos yonsei, hijos de sansei inmigrantes, crecieron en Japón, pero debieron abandonar el país siguiendo a sus padres.
El nuevo programa de visas se estableció por petición de comunidades nikkei de diversos países, que pidieron a Japón que otorgara permisos de estadía de largo plazo a los yonsei. (International Press)
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