El gobierno de Japón quiere recortar las largas horas de trabajo de los médicos y con eso en mente está discutiendo la manera de que la gente se abstenga de visitarlos fuera de los horarios de atención en hospitales y clínicas.
Para ello, el Ministerio de Salud ha formado un grupo de trabajo del cual forma parte el artista Demon Kakka, quien en declaraciones recogidas por Mainichi Shimbun explicó: «Hay demasiados casos en los cuales los médicos tienen que tratar con pacientes con casos leves que vienen a verlos fuera de las horas regulares de servicio. Quiero que la gente esté al tanto de esta realidad».
Los médicos no pueden rechazar las visitas fuera de los horarios de atención regulares debido a que, por ley, no están facultados para inhibirse de atender a una persona “sin una causa justa».
La idea es reducir las visitas innecesarias o no urgentes.
El problema es que para la gente, sobre todos que aquellos que tienen hijos pequeños, puede resultar difícil juzgar si sus casos son graves o no.
Por ese motivo, otra integrante del panel ministerial, Kyoko Ama, lideresa de un grupo de ciudadanos en Tokio que aborda asuntos relacionados con la atención pediátrica, advirtió de que no se debe privar a los pacientes de su derecho a solicitar el tratamiento necesario.
En la ciudad de Nishiwaki, prefectura de Hyogo, un grupo de madres, con Naomi Tominaga a la cabeza, realiza actividades para aliviar la carga del personal médico instando a la gente a no hacer visitas innecesarias. El grupo organiza sesiones de estudio para enseñar a los participantes cómo reconocer los síntomas por sí mismos.
Los resultados son positivos. En la actualidad, casi ninguna persona con síntomas leves visita un hospital de la zona después de las horas de atención regulares.
Ahora bien, hay personas con enfermedades crónicas que han expresado su preocupación por la iniciativa gubernamental. Yukiko Mori, una mujer de 58 años que padece una enfermedad que afecta al tejido conectivo, declaró a Mainichi que los médicos tardaron cuatro años en detectar su mal. Más aún, lo médicos le decían constantemente que no estaba enferma.
Mori subrayó que los enfermos pueden verse forzados a vivir con sufrimiento y dolor si los médicos no diagnostican lo que tienen.
El grupo de trabajo publicará un informe a fines de año. (International Press)
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