El sitio Japan Forward publicó una carta escrita por Sakie Yokota, dirigida a su hija Megumi, a la que no ve desde 1977 cuando ella tenía 13 años y fue secuestrada por Corea del Norte.
Querida Megumi:
Japón fue golpeado con temperaturas récord este verano. Además del tremendo calor, varias regiones sufrieron grandes desastres, incluyendo fuertes terremotos y lluvias torrenciales. Muchas personas están trabajando duro para recuperarse.
Hoy, 17 de septiembre, se cumplen 16 años desde que Corea del Norte admitió los secuestros en la cumbre de 2002 entre Japón y Corea del Norte. También fue el día en que Corea del Norte afirmó falsamente que estabas muerta. La quemante frustración y el dolor de no poder rescatarte brotan dentro de mí.
Este año, el calor ha sido muy duro para tu padre de 85 años y tu madre de 82. Sin embargo, estamos haciendo todo lo posible y nos negamos a darnos por vencidos porque debemos verte de nuevo. Tu padre está trabajando duro para rehabilitar su cuerpo para que esté fuerte y saludable cuando vuelvas a casa.
A continuación, Sakie narra los problemas de salud de su esposo, que tuvo que ser hospitalizado y llegó a estar tan mal que ni siquiera podía comer, beber o hablar. Ahora, felizmente, él está mejor. Luego, Sakie prosigue:
Hay una foto tuya en la mesa frente a la cama del hospital de tu padre. En ella, sigues siendo una niña. Cuando Corea del Norte reconoció haberte secuestrado en 2002, nos mostraron una foto tuya como adulta. Tu sonrisa es lo que nos motiva a seguir adelante.
Siempre le digo a tu padre: «Megumi pronto regresará con los demás. Tienes que hacer lo mejor que puedas para que puedas volver a hablar con ella”. Sus ojos se llenan de energía cuando responde: «Sí, haré lo mejor que pueda».
Él me da mucho valor.
La hospitalización de tu padre se siente como un mensaje desde arriba, diciéndole que tome un merecido descanso. Después de todo, él ha estado haciendo campaña por tu rescate incansablemente durante muchos años.
Innumerables personas han alzado la voz por ti. Hitomi Soga, quien estuvo contigo en Corea del Norte, también ha apelado públicamente por tu rescate.
Hitomi todavía recuerda cómo miraste fijaste la luna y murmuraste: «Quiero volver a casa». Ella continúa luchando junto con nosotros, creyendo que también verá a su propia madre, Miyoshi.
(International Press)
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