Tuberculosis y sífilis suenan a enfermedades del pasado, y más aún en un país desarrollado como Japón. Sin embargo, Mainichi Shimbun alerta sobre el aumento del número de personas infectadas con las dos enfermedades.
La tuberculosis, hasta 1955, era una seria amenaza para Japón, dice el diario. Sin embargo, a medida que las condiciones de vida en el país mejoraron, el número de pacientes y victimas mortales disminuyó drásticamente.
No obstante, se ha registrado un preocupante repunte en los últimos años, que en parte se atribuye a un aumento de los trabajadores de los países del sudeste asiático, donde las tasas de infección son más altas que en Japón.
El año pasado, hubo 16.789 nuevos pacientes con tuberculosis en Japón. De ellos, 1.530 eran extranjeros, un 40 % más que hace cuatro años. Se ha registrado un incremento de personas infectadas procedentes de Indonesia, Nepal y Vietnam, países con tasas relativamente altas de gente con tuberculosis.
En el caso de los extranjeros, la situación se agrava debido a que a pesar de sentirse mal no acuden a una institución médica por miedo a perder sus trabajos o ser enviados a sus países.
Takashi Sawada, un médico de Yokohama que atiende a extranjeros, dice que estos han sido “aceptados en la sociedad japonesa por razones económicas, pero el sistema de apoyo (que reciben) es insuficiente».
Sawada subraya la importancia de establecer un sistema de consulta que permita que la enfermedad se pueda detectar temprano.
Por otro lado, para evitar que pacientes con tuberculosis ingresen a Japón, el gobierno solicitará a personas de países como Indonesia y China que presenten un certificado que demuestre que no tienen la enfermedad cuando pidan visas de largo plazo. La medida entrará en vigor antes de que acabe el presente año fiscal (marzo de 2019).
Con respecto a la sífilis, ha habido un aumento desde 2011. En 2017, el número de personas infectadas en Japón llegó a 5.820, el nivel más alto en 44 años.
A fines de agosto de este año, 4.221 personas tenían la enfermedad (3.446 en agosto del año pasado).
En 2017, las prefecturas con la mayor proporción de infectados fueron Tokio, Osaka y Okayama.
El municipio de Okayama ha investigado el repunte de la enfermedad, descubriendo que muchos hombres habían visitado locales de entretenimiento para adultos antes de infectarse. En el caso de las mujeres, el 26 % trabajaba en la industria del entretenimiento para adultos.
No obstante, también ha subido el número de infectados sin ninguna relación con lo anterior y que fueron contagiados por sus parejas.
Particularmente preocupante es la subida de mujeres infectadas. Durante un período de tres años, el número de mujeres en la veintena que contrajeron la enfermedad se multiplicó por diez.
Para combatir la expansión de la sífilis, el Ministerio de Salud prevé seguir la ruta de la infección en detalle. Cuando un médico reporte un caso de la enfermedad, al paciente se le preguntará si trabaja o ha trabajado en la industria del entretenimiento para adultos, y a las mujeres si están embarazadas. En 2016, 14 bebés nacieron con sífilis, que fue transmitida por sus madres.
Para finalizar, Takaoki Ishiji, profesor de dermatología en la Universidad Jikei, lanza una advertencia: «Las personas deben tener en cuenta que cualquiera que sea sexualmente activo puede tener sífilis». (International Press)
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