El inundado Aeropuerto Internacional de Kansai permanecerá cerrado durante alrededor de una semana debido a los daños causados por el poderoso tifón que mató a 11 personas y dejó heridas a más de 400 en el oeste de Japón, informó la agencia Kyodo.
Existe una creciente preocupación sobre el impacto que el cierre prolongado del tercer aeropuerto más grande del país tendrá en el comercio y el turismo.
Ante la incertidumbre, All Nippon Airways suspendió la venta de boletos para vuelos desde y hacia el aeropuerto hasta el próximo martes.
El operador del aeropuerto de Kansai se disculpó por el cierre del aeropuerto y la confusión. El tifón superó todas las previsiones, admitió, pero aseguró que tomarán medidas para estar mejor preparados.
El gobierno de Japón estableció un grupo de trabajo en la oficina del primer ministro para que el aeropuerto vuelva a funcionar tan pronto como sea posible.
Una pista de aterrizaje y un edificio se inundaron el martes en medio de las altas mareas que generó el tifón.
Además, el puente que conecta al aeropuerto con tierra firme sufrió grandes daños después de que un buque cisterna, arrastrado por los vientos y las olas, se estrelló contra él.
El aeropuerto está ubicado en una isla artificial en la Bahía de Osaka y es utilizado por 80.000 pasajeros al día.
Más de 200 vuelos fueron cancelados el viernes, afectando a más de 30.000 personas.
Hasta 8.000 personas, entre viajeros y trabajadores del aeropuerto, quedaron varados en él el martes. A las 7 de la noche del miércoles, solo unos 4.600 habían sido rescatados a través de barcos de alta velocidad que los transportaron hasta el aeropuerto de Kobe. Los alimentos escasean en el aeropuerto.
Hubo pasajeros que se quejaron de que el aeropuerto de Kansai estaba insuficientemente preparado para lidiar con un desastre como el que se produjo.
El aire acondicionado dentro del aeropuerto no funcionaba y no recibieron suficientes mantas para quienes se vieron obligados a pasar la noche, dijeron. Algunos durmieron sobre periódicos extendidos en el piso.
Una mujer de 51 años que tenía planeado viajar a la India con su familia dijo que las máquinas expendedoras no funcionaban y que no había Wi-Fi. (International Press)
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