Tomomasa Nakagawa, exmiembro de alto rango de AUM Shinrikyo, la secta autora del ataque con gas sarín en el metro de Tokio en 1995, fue ejecutado la semana pasada.
«Pido perdón a las víctimas desde el fondo de mi corazón», dijo el hombre de 55 años antes de ser colgado, reveló la agencia Kyodo.
Mientras estuvo en el corredor de la muerte, Nakagawa se dedicó a escribir y contribuyó a medidas antiterroristas.
Nakagawa fue el médico principal de Asahara.
Testigo de su último día con vida fue su amigo, el poeta Akihiko Ezato.
Según Ezato, Nakagawa aceptó con calma su destino. «No le guardo rencor a nadie porque creo que estoy enfrentando las consecuencias de lo que he hecho», dijo el médico, que antes de morir expresó su gratitud a las personas que lo habían apoyado, entre ellas sus abogados.
Cuando lo sacaron de su celda para ser ejecutado, se rehusó a que un guardia lo llevara. “Puedo caminar por mí mismo”, dijo. En la sala de espera, bebió dos tazas de té, pero no tocó los dulces ni las frutas que había.
Ezato lo conoció cuando Nagakawa era estudiante de medicina. Ambos tenían planeado publicar haikus a finales de julio.
En 2016, Nakagawa publicó un libro de memorias en el que pidió perdón a las víctimas. (International Press)
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