El georgiano Tochinoshin arribó a Japón en 2005 para convertirse en luchador de sumo. Tenía 17 años y se integró al establo Kasugano.
El gran obstáculo que tuvo que enfrentar hace 13 años fue la barrera del idioma, revela Asahi Shimbun.
El joven llegó con un libro de idioma japonés que no le resultó de gran utilidad por su pobreza de contenido.
La esposa del maestro del establo, Noriko, acudió en su ayuda. No pudo encontrar un diccionario japonés-georgiano y le compró un diccionario ruso, pero no sirvió porque Tochinoshin solo podía hablar un ruso precario.
Noriko se contactó con un intérprete a través de la embajada de Georgia y pudo establecer una comunicación básica con el joven extranjero.
Al principio, el georgiano no tenía con quién hablar en su lengua materna, a excepción de su compatriota Gagamaru, un luchador de otro establo. Tochinoshin solo encontraba tranquilidad cuando podía expresarse en georgiano.
La vida en Japón era dura por la barrera del idioma. La familia de Tochinoshin le dijo que podía volver a casa, pero el georgiano decidió no rendirse y quedarse. Si pudo aguantar esos tiempos difíciles, dice, fue gracias a los luchadores mayores de su establo que fueron amables con él.
Entre ellos destacaba Hiromitsu Munakata, que se encargó de cuidarlo. “Sin Munakata, yo me habría vuelto a Georgia”, admite Tochinoshin.
Munakata le enseñó saludos y otras expresiones utilizadas por los luchadores de sumo. El georgiano tardó medio año en acostumbrarse a los saludos tradicionales.
En 2008, Munakata se retiró del sumo. Tochinoshin, entre lágrimas, le cortó la coleta a su mentor, como es costumbre, en una ceremonia de despedida.
El georgiano no solo aprendió las tradiciones del sumo, sino también el idioma.
El 30 de mayo, Tochinoshin fue promovido al rango de ozeki (el segundo más alto del sumo) y pronunció un breve discurso en un japonés fluido después de ser notificado de su ascenso por la Asociación de Sumo de Japón.
«Seguiré lo que mi maestro de establo me enseña y trabajaré duro para ser un modelo a seguir para otros luchadores de sumo», dijo el ozeki.
Munakata dice que le hace feliz ver a su “hermano menor” -a quien destaca como una persona bondadosa- hablando un mejor nihongo. «Me sorprendió escucharlo haciendo incluso bromas en japonés», declara.
Tochinoshin ha interiorizado tanto el idioma japonés que a veces se ha descubierto hablándolo en su país, en vez de expresarse en su lengua materna.
Como bien destaca Asahi, haber aprendido el idioma japonés ha sido importante para que el luchador de sumo tenga una carrera exitosa en Japón.
Tochinoshin es el primer georgiano ozeki y algunos esperan que escale al rango de yokozuna, el más alto, en un futuro cercano. (International Press)
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