Japón se sobrepuso dos veces al marcador en contra. Eso tiene un gran mérito. Sin embargo, el espíritu de lucha que mostró la selección japonesa no debe esconder su fragilidad defensiva, según Kyodo.
Aunque Japón siempre fue a remolque y “tiene mucho de lo que alegrarse después de un áspero empate 2-2 con Senegal, los Samuráis Azules no podrán evitar sentir que dejaron escapar una victoria”, dice la agencia nipona.
Japón logró marcar el ritmo del juego durante largos tramos y creó dos claras oportunidades de gol al final del partido que podrían haberle dado la victoria.
Kyodo destaca el juego de ataque de Japón, por el medio y los dos extremos, pero en el aspecto defensivo hace hincapié en la falta de atención y el pobre marcaje en los goles recibidos.
En el primer gol hubo doble responsabilidad: Genki Haraguchi despejó mal un centro dejando la pelota en los pies de Youssouf Sabaly, que lanzó un tiro atajable que el arquero Eiji Kawashima no logró controlar. El balón rebotó en Sadio Mane y se introdujo en el arco nipón.
Después del partido, el técnico de Japón, Akira Nishino, elogió al equipo por su fortaleza para igualar el partido en dos ocasiones. «Fue un partido difícil y sabíamos que lo iba a ser. Vinimos de atrás dos veces y sabíamos que Senegal no era un equipo al que pudiéramos vencer fácilmente». (International Press)
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