En enero de 2015, un turco arribó a Japón, pero se le negó la entrada debido a que antes había sido deportado por permanecer de manera ilegal en el país.
El turco fue detenido. En julio de 2017, el hombre arrojó un libro a un oficial de un centro de detención en Osaka, enojado por la actitud de este. Varios oficiales se abalanzaron sobre el turco para reducirlo, rompiéndole el brazo derecho.
El hombre de 34 años exige una compensación de 4,5 millones de yenes (41.310 dólares) por el daño sufrido, informó Mainichi Shimbun.
La demanda fue presentada ante el Tribunal de Distrito de Osaka.
Unas imágenes captadas por una cámara de seguridad muestran a ocho oficiales inmovilizando al hombre. Uno de sus abogados dijo que aquellos han sido acusados en el pasado de neutralización ilegal.
La oficina de inmigración de Osaka no se ha pronunciado sobre el caso debido a que aún no ha recibido los documentos relacionados con la demanda. (International Press)
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