En los años académicos 2015 y 2016, hubo 2.098 embarazos de estudiantes de koko en Japón, según cifras del Ministerio de Educación japonés.
De ellas, el 30 % abandonó sus estudios voluntariamente, informó Mainichi Shimbun.
En 32 casos las estudiantes dejaron los estudios por recomendación de sus escuelas, algo que preocupa a las autoridades japonesas, pues considerando que la educación puede ser una herramienta de progreso, la deserción escolar conduce a un ciclo de pobreza.
El Ministerio de Educación ha notificado a las juntas de educación de las prefecturas del país que no empujen o recomienden a las alumnas embarazadas a abandonar la escuela. Por el contrario, el ministerio quiere que las escuelas ayuden a las chicas a continuar estudiando.
El 37,1 % de las embarazadas continuó yendo a la escuela, excepto poco antes y después de dar a luz, y el 8,5 % se cambió de koko.
Alrededor del 30 % de las estudiantes que abandonaron los estudios por quedar embarazadas o dar a luz no recibieron información de sus escuelas sobre cómo podrían continuar estudiando más adelante o apoyo para trabajar.
Yumiko Watanabe, directora de una organización que trata problemas de escolarización y pobreza, explica que algunas chicas embarazadas dejan la escuela porque creen que es lo que tienen que hacer. Falta información. Y apoyo.
“Aquellas que no se gradúan de koko es muy probable que terminen criando niños en la pobreza si se convierten en madres solteras”, afirma.
Watanabe espera que las estudiantes embarazadas acudan a los trabajadores sociales de su escuela y tengan apoyo de las autoridades locales para que puedan seguir estudiando.
La investigación del Ministerio de Educación abarcó a los 3.571 koko públicos que tiene el país. (International Press)
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