En 2017, por primera vez en siete años, aumentó el volumen del envío de cámaras digitales fabricadas por compañías japonesas. La cifra: 24,98 millones de unidades, un 3,3 % de incremento interanual.
Además, el valor del envío subió por primera vez en cinco años a 792.800 millones de yenes (casi 7.400 millones de dólares), un 11,6 % de aumento interanual.
En ambos casos se incluye a los mercados extranjeros.
La creciente popularidad de Instagram y otras redes sociales ha impulsado la demanda de las cámaras digitales, que habían perdido terreno ante los smartphones, destaca Asahi Shimbun.
La fiebre por publicar fotos en Instagram ha dado origen al término «Insta-bae», que significa «verse bien en Instagram», revela el diario japonés.
Y para verse bien, una buena cámara ayuda mucho. Por eso, las compañías niponas no están lanzando modelos baratos de 10.000 a 20.000 yenes (93 / 186 dólares), sino cámaras de alta calidad.
Por ejemplo, el EX-FR100L de Casio Computer destaca por una función que permite que la piel humana luzca más bella en las fotos, mientras que las cámaras de 360 grados de Ricoh son populares entre los consumidores. (International Press)
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