Un nuevo incidente mancha la imagen del sumo.
Un exluchador de sumo de 23 años agredió a otro en 2014 y el jefe de establo al que ambos pertenecían, hoy un director de la Asociación de Sumo de Japón, decidió ocultar el caso, reveló Kyodo.
En junio de 2016, el agresor fue sentenciado a tres años de prisión, pena suspendida por cuatro años, por el Tribunal de Distrito de Tokio.
Kasugano, que también se desempeña como jefe de comunicaciones de la asociación, intentó minimizar el caso diciendo que el agresor ya se retiró del sumo.
La víctima de 22 años, sin embargo, no piensa lo mismo. El hombre al que rompieron la mandíbula pidió a la asociación más transparencia.
“Creo que ha habido casos de violencia contra otros luchadores juveniles. No quiero que la asociación esconda estas cosas. Debería revelar todo”, dijo.
«Quiero recuperar mi vida», declaró. La agresión lo forzó a renunciar a su sueño de convertirse en luchador. Ahora se gana la vida como conserje.
Por su parte, el atacante declaró a Kyodo que lo sentía. “Fue mi problema, no del establo”, manifestó.
La disputa surgió cuando el agresor llamó a los luchadores más jóvenes para hablar sobre la manera de limpiar el establo. Enfadado con la víctima que supuestamente había hecho algo que no le había ordenado que hiciera, la golpeó y pateó.
La víctima denunció al jefe de establo debido a que no recibió suficiente atención médica; sin embargo, la fiscalía decidió no presentar cargos contra Kasugano. (International Press)
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