El piragüista japonés Yasuhiro Suzuki, que fue suspendido ocho años tras admitir que inyectó esteroides en la bebida de un rival para truncar su calificación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, será llevado ante la justicia.
La policía de Ishikawa, la prefectura japonesa donde se celebró el campeonato en el que aconteció el suceso, ha decidido presentar cargos contra el piragüista de 32 años basándose en la investigación del caso que han realizado y en el testimonio de Suzuki, quien admitió la acusación, informó hoy la agencia japonesa Kyodo.
Suzuki está acusado de introducir anabolizantes en la bebida del también piragüista Seiji Komatsu, de 25 años, durante los campeonatos nacionales del pasado septiembre, con el objetivo de que diera positivo en dopaje, fuera descalificado y aumentar así sus posibilidades de clasificarse para los Juegos Olímpicos de 2020.
Durante sus pesquisas, los investigadores habrían descubierto que Suzuki orquestó una campaña para sabotear a Komatsu que duró meses, en los que, entre otras jugarretas, le robó el pasaporte y dinero, tiró a la basura su velocímetro o escondió su remo, además de enviar correos difamatorios a su club.
La presión a la que el veterano piragüista -hasta ahora una de las figuras nacionales más importantes pese a no haber llegado hasta unos JJ.OO.- estaba sometido para lograr una plaza en Tokio 2020 habría sido uno de los factores determinantes en su conducta.
La Agencia Antidopaje de Japón (JADA) sancionó a Suzuki con ocho años fuera de competición tras descubrir el caso, un castigo que la Federación nipona de Piragüismo sopesará si convertir en permanente durante una reunión que se celebrará en marzo.
El incidente ha supuesto un duro revés para la Federación nipona, que planeaba utilizar los JJ.OO. de Tokio como un escaparate para popularizar la práctica de este deporte a nivel nacional. (EFE)
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