Japón y Corea del Sur hicieron hoy frente común para exigir nuevas y severas sanciones contra el régimen de Pyongyang, ante la negativa del presidente ruso, Vladímir Putin, que insiste en que arrinconar a Corea del Norte no ayuda a rebajar las tensiones en la península.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, expusieron su postura en público durante la sesión plenaria del III Foro Económico de Oriente que se celebra en el puerto ruso de Vladivostok, en el que también intervino el jefe del Kremlin.
«Corea del Norte desafía a toda la comunidad internacional y se convierte en una fuente de amenaza sin precedentes que demanda una reacción urgente. Hay que conseguir que cumpla de inmediato todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU», dijo Abe, quien hoy mantuvo un encuentro bilateral con Putin.
El jefe del Gobierno japonés tiene claro que eso sólo se puede conseguir mediante «la máxima presión» al régimen de Kim Jong-un por parte de la comunidad internacional.
«De ninguna manera podemos consentir que Corea del Norte amenace la paz y prosperidad en esa región, en Asia Nororiental», subrayó al recalcar que Pyongyang debe renunciar a su programa de armas nucleares y al desarrollo de misiles balísticos.
El presidente surcoreano fue más explícito al exigir «sanciones más severas» contra su vecino del norte, después del reciente ensayo de una bomba nuclear mucho más potente que todas las anteriores puestas a prueba por el régimen norcoreano.
«Agradezco a Rusia su activa participación en el empleo de sanciones contra Corea del Norte y deseo que Rusia mantenga su apoyo en este asunto», indicó Moon con la esperanza de que Putin reconsidere la postura que volvió a defender hoy.
Rusia, que seguramente vetará el proyecto de resolución sobre nuevas sanciones propuesto por Estados Unidos al Consejo de Seguridad de la ONU, apuesta por ofrecer contraprestaciones al régimen de Kim Jong-un para que abandone su programa nuclear y de misiles.
Los norcoreanos «ven en la posesión del arma atómica y de cohetes la única posibilidad para su propia defensa», insistió hoy Putin, quien recordó que Moscú y Pekín ya han puesto sobre la mesa una propuesta que podría garantizar la seguridad a Pyongyang.
La llamada «hoja de ruta», rechazada tajantemente por EE.UU., prevé la doble congelación tanto del programa nuclear norcoreano como de las actividades militares de Washington en Corea del Sur.
«Todo lo que ahora sucede es claramente una provocación por parte de Corea del Norte. Pero no son tan tontos, créanme. Si lo hacen es porque esperan y persiguen una reacción de los demás. ¿Por qué les hacéis el juego?», preguntó Putin, dirigiéndose a los mandatarios japonés y surcoreano.
En lugar de adoptar nuevas sanciones que ahoguen aún más la economía de Corea del Norte, el jefe del Kremlin apostó por una estrategia totalmente opuesta, que consistiría en implicar al país comunista en una creciente cooperación económica con otros Estados de la región.
«No hay más solución que la diplomática. No es una vía fácil ni rápida, pero es la única correcta. Hay que iniciar negociaciones y convencer a Corea del Norte de que también para ellos es la mejor manera de solucionar el problema. Hay que implicar poco a poco a Corea del Norte en la cooperación en la región», subrayó Putin.
Rusia, agregó, maneja varios proyectos de infraestructuras que podrían contribuir a mejorar las relaciones entre las dos Coreas: «una vía férrea» entre Rusia y Corea del Sur a través de Corea del Norte, gasoductos y oleoductos, o el desarrollo de puertos marítimos en territorio norcoreano.
Moon respondió que su país respalda la puesta en marcha de grandes proyectos trilaterales entre Rusia y las dos Coreas, pero insistió en que antes de eso Pyongyang debe renunciar a su programa nuclear. (EFE)
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